Dinamismo es actividad, crecimiento, superación. Es prosperidad y es lo que le falta a la provincia gaditana, a nivel global, al compararse con sus vecinas andaluzas en áreas como la industria, la innovación empresarial, la capacidad económica de su población y, por supuesto, el mercado laboral. Un nuevo diagnóstico negativo que esta vez se extrae del estudio Dinámica de las Ciudades de Andalucía de la Consejería de Economía y Hacienda, en el que se analizan cientos de variables en las localidades de más de 10.000 habitantes de la Comunidad que no son capitales de provincia (20 en Cádiz).
El resultado es una radiografía en la que la provincia se ha igualado a Málaga en el desarrollo de los servicios (turismo y oficinas inmobiliarias y de gestión) pero ha entrado en barrena en la industria hasta el punto de ser la provincia andaluza con menos desarrollo de su actividad secundaria tanto a nivel global como por habitante. Este declive y la decadencia agrícola, de la que tampoco ha escapado el campo gaditano, han generado un escenario poco propicio para la mejora laboral, de forma que Cádiz sigue siendo, con una dolorosa diferencia, la provincia con el peor mercado de trabajo de la Comunidad. Un entorno poco alentador en el que los gaditanos han podido mantener una capacidad económica intermedia –gracias, sin duda, a los ingresos del turismo–, equiparada con Granada y sólo por debajo de las grandes rentas de Málaga y las nuevas riquezas de Almería.
Una de las singularidades de la evolución económico-laboral de Cádiz de los últimos años es que ha girado en torno a dos extremos: la prosperidad del eje Los Barrios-San Roque y la depresión de Barbate, La Línea y San Fernando, en términos de desarrollo industrial e innovación empresarial.
Los dos municipios campogibraltareños destacan con nombre propio en el conjunto andaluz por su fuerte crecimiento industrial, ya que son el segundo y tercero con mayor dinamismo en este sector, sólo precedidos por Macael (Almería), epicentro de la industria marmolera española. Según el estudio de la Junta, la clave de la pujanza de Los Barrios, asociada indudablemente a la A-381 (Jerez-Los Barrios), y San Roque ha sido “la implantación de grandes empresas exógenas, entre las que predominan sectores de cabecera y fuerte impacto ambiental, factorías de elevada dimensión y cuantiosos efectivos laborales”. Una definición perfecta en la que encajan compañías de primera línea como Endesa e Isofotón (promotoras de la primera fábrica de España de polisilicio, material para placas fotovoltaicas) o Cepsa en San Roque. Llamativamente, junto a estos polos industriales hay otro que también destaca, aunque sólo a nivel provincial, y es Ubrique, una localidad que, al igual que ocurre con la granadina Peligros, está muy por encima de la media de su entorno en dinamismo industrial per capita, gracias, lógicamente, al sostenimiento de la marroquinería.
En el otro lado de la balanza, las situaciones más desfavorables las encontramos en Barbate, que tiene el triste honor de ser la ciudad intermedia de Andalucía con peores índices laborales -el mejor es el de El Ejido- y una de las de menor dinamismo industrial junto a Chipiona, Rota, Algeciras, Tarifa y Vejer, además de las mencionadas. La localidad, gracias principalmente a su foco turístico de Zahara, mejora su situación en el nivel de servicios de que dispone, pero éste no es suficiente para garantizar una buena capacidad económica a su población, que vuelve a estar entre las más bajas de Cádiz y Andalucía.
Otro enclave deprimido según el estudio de la Junta es San Fernando, cuyo protagonismo negativo se debe, sobre todo, a que es la última localidad de la Comunidad en peso industrial por habitante. Las sucesivas crisis navales, que “resultan muy patentes y alejan a los municipios –de la Bahía– de las mejores posiciones”, unidas a la carencia de suelo disponible, han dinamitado su desarrollo, dependiente en exclusiva de Navantia San Fernando. Tampoco puede presumir de innovación empresarial ni de capacidad económica, y le salva una alta actividad comercial que le proporciona el mejor estatus en servicios de su entorno.
Y La Línea, un municipio que guarda grandes similitudes con La Isla: su situación a la cola del dinamismo industrial, económico e innovador, en parte por la falta de espacio, y la salvedad de los servicios, en este caso sólo a nivel per capita, algo atribuible a la apuesta turística consolidada en este decenio.
Mientras, en innovación empresarial, junto a San Roque y Los Barrios despuntan moderadamente Jerez, El Puerto, Algeciras y Puerto Real, y, por el contrario, están lejos de ella Tarifa, Medina, Chipiona, Villamartín y las anteriormente mencionadas en el apartado industrial negativo.
El resultado es una radiografía en la que la provincia se ha igualado a Málaga en el desarrollo de los servicios (turismo y oficinas inmobiliarias y de gestión) pero ha entrado en barrena en la industria hasta el punto de ser la provincia andaluza con menos desarrollo de su actividad secundaria tanto a nivel global como por habitante. Este declive y la decadencia agrícola, de la que tampoco ha escapado el campo gaditano, han generado un escenario poco propicio para la mejora laboral, de forma que Cádiz sigue siendo, con una dolorosa diferencia, la provincia con el peor mercado de trabajo de la Comunidad. Un entorno poco alentador en el que los gaditanos han podido mantener una capacidad económica intermedia –gracias, sin duda, a los ingresos del turismo–, equiparada con Granada y sólo por debajo de las grandes rentas de Málaga y las nuevas riquezas de Almería.
Una de las singularidades de la evolución económico-laboral de Cádiz de los últimos años es que ha girado en torno a dos extremos: la prosperidad del eje Los Barrios-San Roque y la depresión de Barbate, La Línea y San Fernando, en términos de desarrollo industrial e innovación empresarial.
Los dos municipios campogibraltareños destacan con nombre propio en el conjunto andaluz por su fuerte crecimiento industrial, ya que son el segundo y tercero con mayor dinamismo en este sector, sólo precedidos por Macael (Almería), epicentro de la industria marmolera española. Según el estudio de la Junta, la clave de la pujanza de Los Barrios, asociada indudablemente a la A-381 (Jerez-Los Barrios), y San Roque ha sido “la implantación de grandes empresas exógenas, entre las que predominan sectores de cabecera y fuerte impacto ambiental, factorías de elevada dimensión y cuantiosos efectivos laborales”. Una definición perfecta en la que encajan compañías de primera línea como Endesa e Isofotón (promotoras de la primera fábrica de España de polisilicio, material para placas fotovoltaicas) o Cepsa en San Roque. Llamativamente, junto a estos polos industriales hay otro que también destaca, aunque sólo a nivel provincial, y es Ubrique, una localidad que, al igual que ocurre con la granadina Peligros, está muy por encima de la media de su entorno en dinamismo industrial per capita, gracias, lógicamente, al sostenimiento de la marroquinería.
En el otro lado de la balanza, las situaciones más desfavorables las encontramos en Barbate, que tiene el triste honor de ser la ciudad intermedia de Andalucía con peores índices laborales -el mejor es el de El Ejido- y una de las de menor dinamismo industrial junto a Chipiona, Rota, Algeciras, Tarifa y Vejer, además de las mencionadas. La localidad, gracias principalmente a su foco turístico de Zahara, mejora su situación en el nivel de servicios de que dispone, pero éste no es suficiente para garantizar una buena capacidad económica a su población, que vuelve a estar entre las más bajas de Cádiz y Andalucía.
Otro enclave deprimido según el estudio de la Junta es San Fernando, cuyo protagonismo negativo se debe, sobre todo, a que es la última localidad de la Comunidad en peso industrial por habitante. Las sucesivas crisis navales, que “resultan muy patentes y alejan a los municipios –de la Bahía– de las mejores posiciones”, unidas a la carencia de suelo disponible, han dinamitado su desarrollo, dependiente en exclusiva de Navantia San Fernando. Tampoco puede presumir de innovación empresarial ni de capacidad económica, y le salva una alta actividad comercial que le proporciona el mejor estatus en servicios de su entorno.
Y La Línea, un municipio que guarda grandes similitudes con La Isla: su situación a la cola del dinamismo industrial, económico e innovador, en parte por la falta de espacio, y la salvedad de los servicios, en este caso sólo a nivel per capita, algo atribuible a la apuesta turística consolidada en este decenio.
Mientras, en innovación empresarial, junto a San Roque y Los Barrios despuntan moderadamente Jerez, El Puerto, Algeciras y Puerto Real, y, por el contrario, están lejos de ella Tarifa, Medina, Chipiona, Villamartín y las anteriormente mencionadas en el apartado industrial negativo.
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