Y.N/Agencias/Barbate
El portavoz de los familiares de los tres marineros desaparecidos en el naufragio del Nuevo Pepita Aurora, Sergio Lebrón, criticó esta semana la “multitud de trabas que están poniendo” al equipo de buzos voluntarios y a la Fundación Titanic para revisar las redes del pecio y matizó que siguen “igual que al principio” el día en que se cumplen dos meses del siniestro del pesquero barbateño.
Por su parte, el responsable del Grupo de Rescate de Protección Civil de San Juan de Aznalfarache (Sevilla), Julián Manso, explicó a Europa Press que podrían solventar todas estas cuestiones a lo largo de esta semana, ya que mañana contactarán con la Capitanía Marítima de Cádiz para hacer llegar la documentación requerida y con el Ministerio de Defensa, a fin de poder hacer uso de la cámara hiperbárica de la que dispone en la localidad gaditana de San Fernando. El objetivo es “solucionar” estos aspectos “cuanto antes” para realizar el reconocimiento submarino de la zona donde se encuentra sumergido el pecio del Nuevo Pepita Aurora el próximo fin de semana, “si las condiciones meteorológicas lo permiten”, matizó. .Los requisitos exigidos por la Dirección General de la Marina Mercante, establecen la necesidad de contar con una autorización de la Junta de Andalucía para realizar los trabajos y cumplir con el anexo IV de la Orden de 14 de octubre de 1997 --por la que se aprueban las normas de seguridad para el ejercicio de actividades subacuáticas-- que deben presentar ante la Capitanía Marítima de Cádiz “debidamente cumplimentado”.
También deben facilitar el nombre y la matrícula de la embarcación de apoyo y auxilio a los buceadores, fotocopias compulsadas de los títulos de los mismos, así como un reconocimiento médico realizado “por un médico que posea título, especialidad, diploma o certificado relacionado con actividades subacuáticas y emitido por un organismo oficial”. Capitanía Marítima también exige un “contrato de disponibilidad de cámara hiperbárica” con una entidad que disponga de dicha instalación que debe cumplir tres requisitos. Primero, estar situada “a menos de dos horas del lugar de los trabajos subacuáticos”, en segundo lugar, estar dotada de una cámara multiplaza de descompresión “operativa” y, finalmente, la cámara debe estar dirigida por un especialista en instalaciones y sistemas de buceo y contar con “un médico y un ATS/DUE, ambos con la capacitación correspondiente en accidentes de buceo”. Por último, los buceadores deberán acreditar su póliza de seguro de accidentes así como de responsabilidad civil “que pueda cubrir cualquier daño, tanto a los buceadores como a terceras personas durante el desarrollo de los trabajos”.
Los buzos
Por otro lado, el equipo de buzos voluntarios de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) --que accedió a inspeccionar las redes del Nuevo Pepita Aurora a petición de los familiares de los tres marineros desaparecidos en el naufragio--, informaron escasos días atrás, que plantean presentar una petición al Ministerio de Defensa para hacer uso de una cámara hiperbárica que se encuentra en San Fernando (Cádiz) con el fin de cumplir con “los nuevos requisitos exigidos” por la Junta de Andalucía para realizar la inmersión después de que el juez de Algeciras, que investiga el siniestro, diese su consentimiento por escrito.
El portavoz del equipo de buzos, Julián Manso, explicó a Europa Press que la inmersión depende ahora de la exigencia de Capitanía Marítima de que utilicen en el descenso una cámara hiperbárica y de que la Junta de Andalucía conceda un permiso especial que “no se sabe cuánto tardarán en dar”. El pecio se encuentra a 29 metros de la superficie y el uso de la cámara hiperbárica es recomendable “a partir de los diez metros de profundidad” aunque, según contó, este tipo de inmersiones suele realizarse sin ella. Además, este equipo de profesionales cuenta con “la titulación más alta que existe en España” y cuentan con un seguro que “cubre todos los imprevistos que haya, incluido el uso de una cámara hiperbárica”.
Manso aseguró “no entender muy bien” estas peticiones ya que, a su juicio, la Junta de Andalucía “tendría que facilitar el descenso” y poner a su disposición una cámara hiperbárica. Por el contrario, esto supone “una traba, una dificultad” ya que este dispositivo “vale muchos millones y no hay particulares que dispongan de ella” y en la Comunidad Autónoma sólo hay dos, “una en Málaga y otra que tiene la Armada en San Fernando (Cádiz)”, que es de uso militar.
El portavoz interpretó estas “trabas” como una “especie de castigo a las familias que no se entiende” ya que, entonces, “tendrían que exigir estos requisitos a todo el mundo que bucea y, que sepan, no se hace”. En cualquier caso, consideró que podrían haber expuesto estos requerimientos desde el primer momento “para ahorrar tiempo” y no “a última hora, sabiendo que los trámites pueden prolongarse en el tiempo”.
Por ello, este equipo -- a través de la Cofradía de Pescadores de Barbate o de los familiares afectados - se plantea solicitar al Ministerio de Defensa el uso de la cámara hiperbárica de la que dispone en San Fernando y “el alcalde de San Juan de Aznalfarache también se prestó” a apoyarles para “conseguir los permisos que hagan falta ante los organismos que sea necesario”.
El trabajo de estos buzos consistiría en revisar “los trozos de red y los alrededores” del pecio -que se encuentra sumergido a 29 metros a menos de una millas al sur de Punta San García - ya que el barco está siendo objeto de investigación por parte de la Comisión Permanente de Investigación de Siniestros Marítimos que “considera que podrían alterarse pruebas” en el interior del cerquero.
Por otra parte, existe otro paño de red de 300 metros por 90 hundido a 137 metros de profundidad a unas dos millas y media al sur de Punta Camarinal. La Fundación Titanic se prestó a revisarla mediante dos robots de alta tecnología, pero “también se encontrará con estas trabas a pesar de su buena voluntad”, apostilló Manso.
El portavoz de los familiares de los tres marineros desaparecidos en el naufragio del Nuevo Pepita Aurora, Sergio Lebrón, criticó esta semana la “multitud de trabas que están poniendo” al equipo de buzos voluntarios y a la Fundación Titanic para revisar las redes del pecio y matizó que siguen “igual que al principio” el día en que se cumplen dos meses del siniestro del pesquero barbateño.
Por su parte, el responsable del Grupo de Rescate de Protección Civil de San Juan de Aznalfarache (Sevilla), Julián Manso, explicó a Europa Press que podrían solventar todas estas cuestiones a lo largo de esta semana, ya que mañana contactarán con la Capitanía Marítima de Cádiz para hacer llegar la documentación requerida y con el Ministerio de Defensa, a fin de poder hacer uso de la cámara hiperbárica de la que dispone en la localidad gaditana de San Fernando. El objetivo es “solucionar” estos aspectos “cuanto antes” para realizar el reconocimiento submarino de la zona donde se encuentra sumergido el pecio del Nuevo Pepita Aurora el próximo fin de semana, “si las condiciones meteorológicas lo permiten”, matizó. .Los requisitos exigidos por la Dirección General de la Marina Mercante, establecen la necesidad de contar con una autorización de la Junta de Andalucía para realizar los trabajos y cumplir con el anexo IV de la Orden de 14 de octubre de 1997 --por la que se aprueban las normas de seguridad para el ejercicio de actividades subacuáticas-- que deben presentar ante la Capitanía Marítima de Cádiz “debidamente cumplimentado”.
También deben facilitar el nombre y la matrícula de la embarcación de apoyo y auxilio a los buceadores, fotocopias compulsadas de los títulos de los mismos, así como un reconocimiento médico realizado “por un médico que posea título, especialidad, diploma o certificado relacionado con actividades subacuáticas y emitido por un organismo oficial”. Capitanía Marítima también exige un “contrato de disponibilidad de cámara hiperbárica” con una entidad que disponga de dicha instalación que debe cumplir tres requisitos. Primero, estar situada “a menos de dos horas del lugar de los trabajos subacuáticos”, en segundo lugar, estar dotada de una cámara multiplaza de descompresión “operativa” y, finalmente, la cámara debe estar dirigida por un especialista en instalaciones y sistemas de buceo y contar con “un médico y un ATS/DUE, ambos con la capacitación correspondiente en accidentes de buceo”. Por último, los buceadores deberán acreditar su póliza de seguro de accidentes así como de responsabilidad civil “que pueda cubrir cualquier daño, tanto a los buceadores como a terceras personas durante el desarrollo de los trabajos”.
Los buzos
Por otro lado, el equipo de buzos voluntarios de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) --que accedió a inspeccionar las redes del Nuevo Pepita Aurora a petición de los familiares de los tres marineros desaparecidos en el naufragio--, informaron escasos días atrás, que plantean presentar una petición al Ministerio de Defensa para hacer uso de una cámara hiperbárica que se encuentra en San Fernando (Cádiz) con el fin de cumplir con “los nuevos requisitos exigidos” por la Junta de Andalucía para realizar la inmersión después de que el juez de Algeciras, que investiga el siniestro, diese su consentimiento por escrito.
El portavoz del equipo de buzos, Julián Manso, explicó a Europa Press que la inmersión depende ahora de la exigencia de Capitanía Marítima de que utilicen en el descenso una cámara hiperbárica y de que la Junta de Andalucía conceda un permiso especial que “no se sabe cuánto tardarán en dar”. El pecio se encuentra a 29 metros de la superficie y el uso de la cámara hiperbárica es recomendable “a partir de los diez metros de profundidad” aunque, según contó, este tipo de inmersiones suele realizarse sin ella. Además, este equipo de profesionales cuenta con “la titulación más alta que existe en España” y cuentan con un seguro que “cubre todos los imprevistos que haya, incluido el uso de una cámara hiperbárica”.
Manso aseguró “no entender muy bien” estas peticiones ya que, a su juicio, la Junta de Andalucía “tendría que facilitar el descenso” y poner a su disposición una cámara hiperbárica. Por el contrario, esto supone “una traba, una dificultad” ya que este dispositivo “vale muchos millones y no hay particulares que dispongan de ella” y en la Comunidad Autónoma sólo hay dos, “una en Málaga y otra que tiene la Armada en San Fernando (Cádiz)”, que es de uso militar.
El portavoz interpretó estas “trabas” como una “especie de castigo a las familias que no se entiende” ya que, entonces, “tendrían que exigir estos requisitos a todo el mundo que bucea y, que sepan, no se hace”. En cualquier caso, consideró que podrían haber expuesto estos requerimientos desde el primer momento “para ahorrar tiempo” y no “a última hora, sabiendo que los trámites pueden prolongarse en el tiempo”.
Por ello, este equipo -- a través de la Cofradía de Pescadores de Barbate o de los familiares afectados - se plantea solicitar al Ministerio de Defensa el uso de la cámara hiperbárica de la que dispone en San Fernando y “el alcalde de San Juan de Aznalfarache también se prestó” a apoyarles para “conseguir los permisos que hagan falta ante los organismos que sea necesario”.
El trabajo de estos buzos consistiría en revisar “los trozos de red y los alrededores” del pecio -que se encuentra sumergido a 29 metros a menos de una millas al sur de Punta San García - ya que el barco está siendo objeto de investigación por parte de la Comisión Permanente de Investigación de Siniestros Marítimos que “considera que podrían alterarse pruebas” en el interior del cerquero.
Por otra parte, existe otro paño de red de 300 metros por 90 hundido a 137 metros de profundidad a unas dos millas y media al sur de Punta Camarinal. La Fundación Titanic se prestó a revisarla mediante dos robots de alta tecnología, pero “también se encontrará con estas trabas a pesar de su buena voluntad”, apostilló Manso.
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