--OPINIÓN--
Luis Rossi
Luis Rossi
Una reivindicación de los derechos humanos. Un canto a la ruptura de cadenas y conciencias desdentadas por el paso del egoísmo extremo que de entre las más viles catacumbas de la morralla venden.
Tanto y tanto se luchó por conseguir lo que hoy, afortunadamente disfrutamos, a pesar por el empeño de algunos por lo contrario. O eso es lo que queremos creer porque… ¿hoy día la libertad de expresión existe o no existe? Lo desconozco. La libertad de expresión existe en las declaraciones de los derechos humanos, en las cartas magnas y en otros lugares de alterne, pero ¿no es también cierto que en la Constitución exista el derecho a una vivienda digna? En teoría sí. Pero ya vemos en la práctica. La libertad de expresión, derecho rescatado que se ejerce en las calles sin ton ni son, está atada de pies y manos por los intereses del enigma cancerígeno del mundo.
Como un taxista o un camionero son para la carretera y las leyes de conducción, el derecho a la libertad de expresión es la herramienta básica del periodista. Sí, el periodista, ese ser tan desprestigiado en las calles de hoy en día por lo que la sociedad y los gobiernos han hecho de algunos: el opio del pueblo (ciertos pobres rastrojos que de plató en plato juegan viperinamente con el bistec aludiendo temas tan importantes como los que el pericardio envuelve). Sin embargo, la libertad de expresión debe servir para el ciudadano y para el periodista. Algunos confunden la objetividad con lo que realmente quieren escuchar y por ahí, mal asunto, meten baza. Confuso como una ola que acurruca la orilla es el paso entre libertad y libertinaje. Aquí, amigo mío, es donde a muchos les encanta nadar. Las únicas limitaciones que se desatan del término expuesto, se rigen sobre las fronteras de la intimidad, el honor y la imagen (que son derechos fundamentales). Algo que algunos, por ignorancia o por intención, descuidan completamente. Pero en la lucha de esto se encuentra la veracidad, no sólo la verdad, sino aquello que alude a la integridad profesional del periodista.
La libertad de expresión se halla concatenada al dinero y los intereses personales que van más allá de un pueblo o de un país. Pero si existe algún pequeño reducto donde esta libertad se pueda llevar a la práctica, teniendo en cuenta las limitaciones antes mencionadas, entonces quizás lo encontremos dentro de este soporte de papel. Aunque algunos pataleen por lo contrario. Muchas veces es lo que pasa por darle un arma a un niño… Por ello la libertad de expresión ¿está sometida?... más bien creo que está desvirtuada y desvirgada por las fauces de la codicia inmoral de los poderosos del globo terráqueo. Cada uno que piense lo que quiera.
Publicado en: Trafalgar Información
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