B24/Barbate
Las traíñas regresaron ayer al Golfo de Cádiz. 600 marineros de una treintena de barcos de la modalidad de cerco volvieron a faenar en el caladero nacional en busca, sobre todo, de sardinas y boquerones. Pero tras una larga noche y toda la mañana en el agua las cajas retornaron vacías. Sólo algunos barcos consiguieron algunas de sardinas que, además, se vendieron por debajo de la mitad del precio habitual. 90 días de espera no merecieron la pena. "Más valía habernos quedado en casa", se quejó un marinero mientras descendía al puerto de Cádiz sin carga.
El armador Manuel Jesús Pérez, propietario del Nuevo Carmen y Asunción, logró poner a la venta en lonja 72 cajas de sardinas con 10 kilos cada una. Ningún boquerón. El kilo no superó el euro y medio en la subasta, cuando lo normal es que supere los tres euros. "La cosa ha estado flojilla. Es el primer día. Esperemos que la segunda venga mejor", se animó a sí mismo. En las puertas de la lonja la espera se prolongó más tiempo de lo que es costumbre. Las compraventas suelen realizarse alrededor de las diez de la mañana pero ayer hubo que aguardar hasta el mediodía. Y es que las traíñas apuraron hasta el último minuto las posibilidades de pesca. "Durante la noche hemos llegado hasta Portugal y no había nada. Ha sido en la vuelta, cerca de Cádiz, cuando hemos encontrado algo", explicó el armador.
La Unión Europea decreta una parada técnica de tres meses para ésta y otras modalidades con el objetivo de facilitar la regeneración de la especie y evitar la esquilmación de los caladeros. Pero los profesionales del mar son pesimistas con estas medidas. "Está demostrado que no da resultado. Después de tantos días volvemos a pescar y hay la misma ruina", se lamentaban en corrillo los compradores que aguardaban la llegada de los barcos.
La mayoría de los barcos gaditanos de esta modalidad con licencia para este caladero tienen sede en Barbate (Cádiz). Muchos tienen el doble permiso para navegar también en Marruecos, aunque a las aguas africanas no podrán regresar hasta abril. Uno de ellos es el Siempre Virgen de Regla, que, a pesar de haber pasado por el varadero en los últimos días, sigue paralizado por la Inspección Marítima por no cumplir las normas de seguridad. La medida fue tomada en un análisis realizado tras la tragedia del Nuevo Pepita Aurora, un naufragio que costó la vida a ocho marineros en 2007. Visiblemente molesto con el mantenimiento de la inmovilización, el armador, Manuel Rendón, ha exigido inspecciones para todos y ha anunciado que demandará al Ministerio de Fomento por haberle permitido navegar con esos fallos estructurales durante años. "Si quieren guerra, la tendrán".
El resto de barcos regresó ayer por la tarde al caladero tras tomarse un descanso. Los armadores esperan mejor faena en la segunda jornada. "Salimos más temprano y aprovecharemos la noche en la zona más cercana a Huelva", adelantó el armador Manuel Jesús Pérez. Los pescadores onubenses tuvieron ayer más suerte y consiguieron algunas cajas de boquerones. Entre la treintena de barcos de la provincia gaditana apenas consiguieron 1.800 cajas de sardinas, según los últimos cálculos realizados por la cofradía. Datos que se consideran negativos en la primera jornada de pesca después de tres meses de amarre forzoso.
Extraida de: www.elpais.com
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